Disclaimer 2021: ¡Funcionó! Las cosas son diferentes ahora (o al menos van por buen camino). Gracias a todos los que compartieron este artículo. Me gustaría decir sorry por este rant enojado, pero si nos ayudó aunque sea un poquito… entonces creo que fue algo positivo.
La Feria del Libro de Guayaquil, como evento que celebra la lectura y a todos aquellos que la disfrutan, tiene la responsabilidad de crear espacios para todos los lectores y garantizar una experiencia positiva e inclusiva para todos los niños, jóvenes, y adultos. Y esto no se ha estado cumpliendo.
Quiero mostrarte una narrativa que quizá conozcas:
Eres un joven lector. Lees literatura juvenil vorazmente, y en ocasiones disfrutas otros géneros como la poesía. Emocionado por ir al encuentro más grande de lectores del año, vas a la Feria Internacional del Libro de Guayaquil. Pero te encuentras con algo que -como va el meme- te decepciona pero no te sorprende.
A pesar de poder adquirir algunos libros en descuento, hay una marcada falta de contenido literario para ti.
El siguiente año, sucede de nuevo.
Y el siguiente.
Y el siguiente.
¿Suena familiar?
La comunidad literaria y su historia con los jóvenes lectores, su literatura, y sus intereses
Es una verdad universalmente aceptada, que un joven leyendo un libro juvenil, quiere decir que lo hace por ser incapaz de comprender textos de otro tipo.
Lamentablemente, este es el pensamiento de muchas personas en el ecosistema literario. Las falencias de la Feria del Libro no son más que un síntoma de un problema más grande que hierve bajo la superficie.
Parece que cada pocas semanas ocurre un incidente en el que a algún creador de contenido literario le toca manejar situaciones de comentarios indeseables expresando ideas como:
- Que los libros juveniles no son libros reales
- Que son basura
- Que son sólo de entretenimiento
- Que son menos valiosos por ser populares
- Que no enseñan nada
Existen personas que tanto voluntaria, como involuntariamente invalidan a los jóvenes, sus intereses, y sus gustos literarios. Desde familiares, extraños en el internet, hasta clientes en las librerías.
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Curiosamente, no se habla de esta manera nunca de la literatura infantil. ¿Y cuál es el objetivo de enamorar a los pequeños de los libros, cuando al alcanzar una mayor edad y madurar sus gustos lectores, estos gustos son objetos de burla y desprecio?
La mayoría de este tipo de comentarios indican que la persona debería leer clásicos, literatura latinoaméricana, premios Nobel de literatura… Ya saben, los libros reales.
Y esto marca una interesante barrera que divide la comunidad literaria en dos grupos. Aquellos que leen verdadera literatura, y los que no.
No es tan difícil darse cuenta de a qué grupo han estado dirigidas las actividades de la FIL GYE todo este tiempo.
Algunas notas aclaratorias
- Nadie, nadie tiene derecho a declarar qué libro es verdadera literatura. Leo de 30 a 50 libros al año y hasta ahora, he leído más de 500 libros -el 80% juveniles- que son perfectamente reales.
- La valoración de un libro depende totalmente del lector, sus experiencias y sus gustos. Esa es la belleza de los libros, que tienen algo que ofrecer a diferentes tipos de personas.
- La función de los libros no es enseñar. Podemos aprender de ellos, pero lo que hacen por nosotros va mucho más allá y por eso una historia no debe ser juzgada por cuánto ‘enseña’. Las historias no deben darnos las respuestas, deben hacernos realizar las preguntas correctas.
- Hay algo tan hermoso y puro en la habilidad de escribir un libro usando un lenguaje simple, sin pretensiones, y tener como resultado prosa que se siente fue creada por un artista.
- Y finalmente, leer libros más complicados no hacen a una persona más inteligente. Just saying.
¿Dónde encajan los jóvenes?
He visitado las ferias de libro desde que era niña. Recuerdo aún cuando mis padres me llevaban al Malecón, al Palacio de Cristal a las ferias allí. Para cuando empezaron a tomar lugar en el Centro de Convenciones de Guayaquil, yo ya estaba en la universidad y podía ir por mi propia cuenta. Pero como en la pequeña historia del principio de este artículo, he salido decepcionada una y otra vez.
A continuación les comparto los problemas específicos con nuestra feria:
Sobre los autores invitados
Este año [2020] la FIL cuenta con más de 60 invitados nacionales e internacionales y puedo contar con los dedos de una mano los invitados dirigidos al público juvenil.
Por algún tiempo mi mente hizo excusas como la falta de presupuesto, quizá falta de público, la barrera del idioma en algunos casos… Pero cada uno de estos argumentos se ha ido haciéndose polvo. La verdad es que, no hay excusa. No hay ninguna buena razón para la falta de representación de autores de libros juveniles.
Hablemos de algunos de los exponentes que calificarían como dirigidos al público juvenil:
- Calle y Poche -Youtubers
- Miguel Gane -Autor de poesía
- Nacarid Portal -Autora de libros románticos juveniles
- Claudia Ramírez -Booktuber y autora de libro de fantasía juvenil
¿Y creo que eso es todo? En el mejor de los casos, una perspectiva optimista podría resaltar que es un intento válido.
Pero la realidad es que, este no es el primer rodeo de la Feria del Libro de Guayaquil, y la naturaleza virtual del evento, de hecho, debió haber sido un impulso para hacer la diferencia este año. Pero no fue así.
Calle y Poche son Youtubers muy reconocidas, pero su literatura no es de interés para la mayoría de los jóvenes. Ciertamente atraerían público, porque tienen una plataforma extensa, pero a nivel de literatura, no estoy segura de que cuente.
Los otros 3 exponentes son muy queridos en la comunidad y nos ha encantado tenerlos en las ferias. Claudia de Clau Reads también ha estado presente en la FIL Quito. Y tanto Nacarid como Miguel han asistido a más de una FIL GYE. A pesar de lo mucho que los apreciamos, ¿no es revelador que los organizados de la FIL hayan decidido quedarse con lo conocido en vez de explorar nuevas oportunidades con otros invitados?
Considerando esto, debemos preguntarnos entonces, ¿cómo se está responsabilizando la FIL para garantizar un espacio para los jóvenes? ¿Qué es lo que ellos están haciendo por iniciativa propia?
Cabe recalcar que junto con un grupo de creadores de contenido y autores juveniles de Guayaquil, se envío una propuesta que incluía una lista de más de 20 sugerencias de invitados de diferentes nacionalidades, por dos años consecutivos. No hemos visto indicación de que estas sugerencias hayan sido tomadas en consideración -pero más sobre esta propuesta en un momento.
Sobre las conferencias y charlas disponibles
Las conferencias y charlas son lo primero que quiero revisar cuando se hace la convocatoria a la Feria.
No voy a la feria del libro a comprar libros. Probablemente lo haré, pero no voy por eso. Voy porque quiero escuchar nuevas ideas, participar en conversaciones, conocer autores… Esa es para mi la feria del libro.
Si quiero comprar libros, voy directamente a la libreria de mi preferencia.
No, el lifeblood, la esencia de la Feria es el aspecto social. Son las conferencias, es el intercambio de ideas, el descubrimiento.
Los jóvenes ansían que sus ídolos conversen sobre sus experiencias en la industria, los aconsejen sobre convertirse en autores publicados, étc. Los jóvenes quieren verse a sí mismos representados a través de otros jóvenes creadores de contenido.
Queremos discusiones sobre la diversidad, sobre la evolución de las historias de fantasía, sobre el resurgimiento de los libros de vampiros, sobre si es correcto incluir escenas explícitas en libros juveniles, sobre Black Lives Matter, sobre los mangas, ¡y tantos temas más!
¿Por qué no tenemos estas discusiones? ¿Por qué quienes están a cargo no se han molestado en investigar esta necesidad? ¿Por qué los jóvenes solo son bienvenidos en la Feria para consumir y comprar libros, pero no en los eventos culturales de los auditorios o -en este caso- salas virtuales?
Sobre la comunidad lectora juvenil y sus esfuerzos
En la FIL GYE 2018, gracias a la intervención de Editorial Luna Nueva, se organizaron un par de eventos en los que se pudo contar con la presencia de jóvenes autores ecuatorianos.
Esto dio paso a la presentación de una propuesta oficial al Comité de Contenidos de la FIL. Para la convocatoria del año 2019, se nos concendió este espacio.
Quedó en manos de un grupo de jóvenes conformado por booktubers, bookstagrammers y autores, la organización de los eventos incluidos en esta Agenda Juvenil. Fue una experiencia amena, y gratificante. Por ejemplo, pudimos concretar el Primer Encuentro de creadores de contenido literario y lectores en Guayaquil.
Como jóvenes nosotros mismos y principiantes en la organización de eventos, sabíamos que podíamos mejorar muchos aspectos. Pero lo vimos como una pauta para mejorar en la siguiente ocasión.
Esta ocasión no se presentó este año.
Lo cierto es que, aunque muchos de nosotros estamos dispuestos a tomar un rol activo en organizar, dar ideas, y ayudar en general a que la Feria sea más inclusiva para los jóvenes; la responsabilidad final, recae en los organizadores.
Lo cierto es que, no es nuestro trabajo, o nuestra responsabilidad organizar tales eventos. Los jóvenes deberíamos poder disfrutarlos, y ser parte de ellos.
Constantemente se nos demanda ser más maduros, organizarnos, y probar que nos merecemos estos espacios. ¿Por qué tenemos que probar eso? ¿Por qué los jóvenes tenemos que esforzarnos tanto por demostrar una y otra vez que valemos la pena? ¿No debería esto ya ser obvio y estar garantizado desde el principio?
Nosotros tenemos estudios que atender, trabajos que hacer, y el trabajo de gestión cultural que hemos hecho por años, sin nada a cambio. Y las personas cuyo trabajo es precisamente garantizar una experiencia cultural positiva, no están cumpliendo el suyo.
Sin embargo, seguimos aquí. Lo seguimos haciendo. Seguimos enviando propuestas y estando involucrados. Simplemente, porque amamos esto. Amamos los libros, amamos la Feria -fallas y todo- pero sabemos que se puede hacer mejor.
Nos merecemos un espacio
Merecemos un espacio dedicado a nosotros. No más de ‘literatura infantil y juvenil’. No es lo mismo y nunca lo será. No más tener que conformarnos con autores de los que nunca hemos oído y que no producen contenido juvenil, sólo para tratar de disfrutar una conferencia.
Cada año se siente como si tenemos que escabullirnos, y realizar batalla campal para lograr un mínimo de representación juvenil. Cada año se siente más como si tenemos que conformarnos con lo que hay.
Pero si los libros nos han enseñado algo, es el poder de los jóvenes de revolucionar sistemas y cambiar el mundo.
Si Katniss Everdeen pudo con el Capitolio, si Lazlo Strange pudo con los Mesarthim, el Grupo Illuminae pudo con Industrias BeiTech, entonces creo que los lectores juveniles en nuestra comunidad podemos lograr que los organizadores de eventos públicos literarios nos incluyan en sus programas como se debe.
Ilyyng says
Estoy totalmente de acuerdo. Han pasado años y sigo esperando ver a alguno de mis autores favoritos de literatura juvenil asistir o por lo menos dar una conferencia virtual en la FIL. A decir verdad, es un poco insultante cuando clasifican a los jóvenes junto a los niños, y que los eventos para jóvenes en realidad son eventos para niños que creo que ni a ellos les interesa y si asisten ha de ser por sus padres o una fuerza externa. No es lo mismo para nada, y lo único que se puede hacer últimamente es comprar libros, pasear por ahí e irse, porque hasta esperar que realicen algún evento para jóvenes ya estoy en mi tercera vida. Para eso mejor ahorro y me voy de viaje a la BookCon en New York, para disfrutar de una verdadera Feria de libro.